Eduardo Parra: “Establecer nuestro techo turístico no es malo, al contrario”

Artículo escrito por: DVB

El vicepresidente de Binter, Rodolfo Nuñez, afirmaba  hace poco en EL DÍA que "no hay motivos para que no podamos con 20 millones o más de turistas". Por su parte, el consejero de turismo del Cabildo, Alberto Bernabé, decía que "nuestro éxito turístico no es inocuo y trae también problemas" y que "a lo mejor no debemos tener 7 millones de turistas" en Tenerife. ¿En qué lugar se posiciona usted?

Yo creo que no es una cuestión de posicionarse, sino de hablar con elementos más concretos en la mano. Ahora mismo entiendo que podemos llegar a los 20 millones. No veo por qué no, con estos niveles que estamos viniendo. Pero, por otra parte, podemos hacer lo que dice el Consejero: establecer dónde puede estar nuestro techo. Y eso no es malo, al contrario. Si pensamos de forma racional evidentemente hay una cuestión básica y es hacer que la estancia del turista en la Isla sea lo mejor posible. Cuanto mayor sea el número de elementos que generen estrés al turista, por ejemplo, las autopistas y los aeropuertos saturados, más negativa será su experiencia. Es cierto que podemos llegar a los 7 en el caso de Tenerife y a los 20 en el caso de Canarias, pero creo que hay que debatir realmente con elementos y criterios sobre la mano cuál va ser nuestra apuesta como destino: si la cantidad o la calidad. A fecha de hoy, si me preguntas por mi opinión, ya hay destinos a nivel nacional e internacional que empiezan a tener dificultades serias, como es el caso de Barcelona, Madrid, Valencia... Lugares donde se están planteando que ya no es tanto la cantidad de turistas sino la calidad, que la tenemos. Somos un destino de éxito y ahí es donde tenemos que seguir trabajando y seguir avanzando, porque si no, nos quedaremos fuera del mercado y no seremos tan competitivos como somos ahora...

¿La afluencia masiva de turistas puede llegar a poner en peligro a la Isla?

Con estas expresiones hay que tener cuidado. No creo que la cantidad de turistas pueda poner en peligro ninguna cuestión de la Isla. Pero sí que la afluencia de turistas satura determinados servicios como los aeroportuarios, portuarios, viarios... En el caso de los municipios pueden generar cierto estrés local, por ejemplo, con los servicios de limpieza... Es decir, hay un conjunto de circunstancias que una llegada masiva de turistas podría generar. En algún caso eso puede obligar a redistribuir la financiación municipal, porque hay un gasto importante a nivel público para mantener los servicios y ahí si hay un problema si queremos hablar de peligro. A Barcelona le está ocurriendo; hay un planteamiento municipal muy serio. Se está gastando muchísimo dinero público en mantenimiento de infraestructuras para servicios de turistas y se había olvidado totalmente a la ciudadanía del municipio. Entonces, ¿nos puede llegar a ocurrir? ¿Hay riesgos? Sí, hay riesgos palpables, y lo que hay que valorar es el cómo equilibrar todos esos elementos, y ahí es dónde está la parte estratégica, que creo que el destino está trabajando bien.

Alberto Bernabé nos decía que quizás ha sido un problema de planificación en el pasado, porque los que han estado en el sector público porque no teníamos la previsión de que íbamos a llegar a estas cifras de turistas...

Creo que sí. Cualquier ciudadano de esta isla que nos movamos un poco por las autopistas del Norte o del Sur, estamos viendo un tráfico que ya no es solo de la población local, sino al que se le añade el de todos los turistas que hay en la Isla, y eso satura, genera estrés y no estás cómodo. El turista que viene de grandes europeas donde ocurren situaciones parecidas a las que ocurren aquí en materia de carreteras, por ejemplo, y piensa que ha llegado a un destino donde no va a estar tranquilo, sino estresado, porque tiene una serie de condicionantes similares a los existentes en su lugar de residencia. Eso, evidentemente, hay que replantearlo. Y esto lo digo como ciudadano, porque últimamente no he estado en gestión pública. Por ejemplo, en municipios como La Laguna ya empezamos a ver cierta saturación por donde uno pasea, en las propias playas... Hay determinados elementos que hay que seguir analizando y que uno, como usuario normal, los va viendo. El turismo, en determinados lugares, si no se gestiona bien puede generar una distorsión muy importante hacia la población local.

¿Podría chocar la reflexión que nos propone el Consejero de medir el techo de turistas con la de los empresarios del sector que, como cualquier empresario, quieren maximizar los beneficios?

Como científicos, hemos hecho estimaciones de que podemos llegar a las 7 millones e, incluso, dependiendo de determinadas circunstancias, a los 8 millones. Son estimaciones que están ahí y que como cualquier elemento estadístico su error, su sesgo... Pero la cuestión es: ¿nos interesa estar en 7 millones? ¿Nos interesa, con todo el dinero que está entrando ahora mismo en la parte alojativa del sector turístico, seguir subiendo? ¿O nos interesa, con ese dinero, reflexionar, reinvertir y apostar por la calidad? Por ejemplo, tenemos una carencia muy importante en toda la cuestión tecnológica. Ahora mismo estamos fuera del mercado tecnológico. No nos estamos vendiendo bien a nivel online... No estamos apostando por la transformación digital... No estamos analizando cuáles van a ser los nuevos retos a nivel formativo en los próximos años... ¿Podríamos coger con todo ese dinero y apostar por otros elementos que nos hagan diferenciarnos? Eso es lo que tendríamos que pensar y no hablar tanto de la cantidad. Yo ahí sí que metería la cabeza estratégicamente. Como científico y académico me interesaría analizar eso y preguntaría por qué no se está haciendo.

Precisamente una de las críticas que nos comentaba Alberto Bernabé es el poco ajuste de la formación en universidades y ciclos con las necesidades reales del sector. ¿Esto ocurre?

Yo creo que es importante que empecemos a poner las cosas claras sobre la mesa. Es decir, no vamos a quejarnos; vamos a trabajar. El sector debe dar un paso al frente y decir: somos un destino de éxito, pero no lo somos en excelencia en formación. Entonces, como no lo hemos sido porque no ha habido tradición en la universidad española en general —los estudios de turismo son muy jóvenes—, pues lo que tenemos que hacer es apostar muy fuerte y empezarnos a diferenciar por esa parte con formación ajustada a todas las demandas que el sector tiene. Vamos a hacer un esfuerzo, a sentarnos y a analizar qué tipo de formación necesitamos. Tenemos que ser más estratégicos. 

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