Antonio Porras: "las empresas alargan la agonía de muchas personas que ven peligrar su vida"

Artículo escrito por: Redacción

Recientemente ha trascendido en los medios que la Plataforma de Afectados por las Antenas Móviles exigirá al Parlamento de Canarias apoyo para sacar adelante una normativa que regule la instalación de antenas de telefonía móvil en el ámbito regional. El motivo no es otro que el atasco del Plan de Telecomunicaciones desde hace dos años. Antonio Porras, presidente de la Plataforma, respondía esta mañana a las preguntas de Cristian Luis y Daniel Vargas en Las Mañanas de Onda Tenerife.

 

Ayer Diario de Avisos daba a conocer una preocupante información sobre las antenas de telefonía móvil ubicadas en El Sobradillo y de un gran número de víctimas posiblemente relacionadas con ellas...

Si, no solamente las de El Sobradillo, sino de muchísimas otras partes de Tenerife, de las Islas, de España y del mundo entero. Este es el mayor experimento que se está llevando a cabo impunemente contra la impunidad. Hay suficientes estudios que dicen que hay que utilizar el principio de precaución pero, claro, el principio de precaución va en contra de los intereses económicos de la mayoría de las operadoras. Financian estudios que tapan los estudios que dicen la verdad. El día que se digan los efectos que han causado y los que podrían seguir causando las antenas, entonces ya veremos de quién es la responsabilidad. Somos capaces de enviar cualquier nave espacial más allá de los planetas del Sistema Solar pero, ¿qué pasa? El problema es económico. Actualmente todo el mundo adquiere un móvil por la cantidad de utilidades que tienen, y se han hecho algo imprescindible en nuestra vida.

Está contrastado que los casos de cáncer se multiplican por cuatro cuando hay antenas de telefonía móvil en las cercanías. La aparición de los cánceres en las zonas de influencía de las antenas -alrededor de 400 metros- se adelanta 8 años. Esto está más que estudiado por científicos y autoridades sanitarias alemanas. Mientras, aquí las autoridades sanitarias están como las llaves de la canción: en el fondo del mar. Eso es lo que hay. 


A mediados de 2011 Planmocan llevó al ayuntamiento de Santa Cruz una ordenanza con el objetivo de regular estas instalaciones. ¿En qué quedó aquello?

La ordenanza que propusimos dio lugar a elaboración de un plan especial de antenas para el municipio de Santa Cruz. Ese plan fue encargado con un coste bastante grande a una empresa que lo desarrolló. Después lo estudiamos conjuntamente con el equipo de urbanismo del grupo de gobierno municipal de entonces. Ese plan hacía la propuesta de sacar las antenas lo más afuera posible dde los conjuntos urbanos, todos los barrios. El centro era el sitio más complicado, pero se podía resolver perfectamente con las montañas que rodean Santa Cruz: las Mesas, Finca Fumero... ¿Cuál es el problema? Si yo gano 100 no quiero gastarme 80. Entonces han recurrido. Fueron a la Cotmac a poner una serie de reparos por los estudios ambientales. ¿Qué problema hay en instalar en esos lugares los repetidores de las antenas? Prácticamente ninguno. Se pueden mimetizar con la naturaleza y, de esa manera, todo el mundo contento. Pero después encuentras las pegas de los planes insulares de ordenación del territorio, la ley de telecomunicaciones del Parlamento de Canarias y la del Estado, que le da cancha abierta a cualquier teleoperadora a instalar en tu azotea- si se encapricha- un repetidor de este tipo pero... ¿Y la salud de la gente? Eso, a un lado. 

Y en cuanto a la Ley de Telecomunicaciones, Los Verdes hicieron una Proposición de Ley en el Parlamento de Canarias con más de 20.000 firmas. Pues resulta que se modificaron (o se rehicieron) los artículos que se proponían y se conservaron dos o tres, y ahora esta ley le dedica a la salud de las personas dos párrafos de cinco centímetros de altura a dos columnas. Sin embargo, al tema del impacto ambiental le dedica prácticamente dos folios. ¿Para qué queremos tener unas montañas maravillosas si no tenemos salud? Creo que lo sabía es tomar principios de precaución, como se hace con todo tipo de cosas. ¿Cuántos años se tardó en descubrir que el tabaco mata, o los daños de tantos productos? Pero, claro, hasta que no te toca directamente, pues nada. 

En mi calle daba pena ver cómo estaban los vecinos. Todavía hoy hay personas que sufren los trastornos derivados de aquella situación que hace 8 años que acabó. Frente a mi casa a un matrimonio que se ha quedado casi parapléjico. La señora, cáncer; la cuñada, cáncer; el yerno, cáncer; una casa más acá, una madre y su hijo; una casa allá, otra pareja; en la esquina, una chica con cáncer de mama y, enfrente, otra chica con cáncer de mama. ¿Esto es casualidad? ¿Había algún factor que pudiera influir? Sí, estaba la antena emitiendo a toda potencia a una distancia de 20, 25, 30, 40 metros de las casas de esas personas, algunas de ellas con su dormitorio toda la noche recibiendo la radiación. 

Esto ya pasa de castaño oscuro, habiendo sentencias para desmantelar las antenas de la Calle Bellotero. Todavía las empresas recurren, alargando así la agonía de muchas personas que ven peligrar su vida. Y es que, en caso de que se quitaran las antenas, no podríamos decir "ahora podremos vivir bien", porque has ido acumulando toda esa radiación durante años, y estas enfermedades no se manifiestan de la noche a la mañana. Ha habido muchos casos de compañeros que acudían a una asamblea y al mes siguiente estábamos enterrándolo. 


¿Han tenido la oportunidad de reunirse con estas empresas?

Si, alguna vez. Una de ellas nos convocaron, de forma sorpresiva. Habían representantes de teleoperadoras y otros de quienes alquilan los terrenos para que monten las instalaciones. Cuando empezamos a hablar pues fue un "sangrar", tanto de un lado como de otro.

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